Imagen 1. El Hombre de Vitruvio (1470). Leonardo Da Vinci. Símbolo de referencia del humanismo y que situa al hombre en el centro de todo el universo
“La visión antropocéntrica de la sociedad occidental con respecto al medio natural también ha contribuido al estado actual de pandemia”
Hablamos con David Riba, Responsable del Departamento de Educación MONAEduca, profesor de arqueología y pre-historia a la UdG y de Evolución Humana y Cognición en el Máster de Primatologia Udg-Fundació MONA.
¿Cuál es tu consideración sobre la pandemia actual?
La actual situación de pandemia global a causa del COVID 19 está colapsando todos los sistemas que integren la sociedad, desde el sanitario hasta el económico. La mayoría de nosotros, incluidos los de edades entre 60 y 70 años, no recordamos una situación de tanto impacto inmediato como la actual. Investigadores procedentes de muchas disciplinas advierten de los profundos efectos que puede llegar a provocar esta crisis. Con todo, consideran que ésta es sólo un aviso. En este sentido, advierten que todo puede ser mucho peor, hasta el punto de alcanzar un colapso sistémico total.
¿Qué crees que piensa la sociedad sobre esta crisis?
El estallido de la crisis sanitaria y el confinamiento consecuente nos ha generado una percepción incierta de abismo colectivo, cosa que ha provocado, más que otras veces, que los medios de comunicación, la sociedad civil y multitud de científicos valoremos el estado actual y nos preguntemos de forma grupal como se ha llegado a esta situación. Parece que de golpe hemos tomado conciencia de la fragilidad de nuestros sistemas, de la propia condición humana, y de que se requieren cambios estructurales profundos.
¿Cuáles son las causas principales?
Entre las múltiples causas de esta crisis, una de las más importantes, según apuntan diversos estudios y organizaciones como Fundació Mona, parece tener relación directa con la sobreexplotación antrópica de la naturaleza y la consecuente pérdida de biodiversidad. En este sentido, cuestiones como la deforestación, la invasión sistemática de hábitats salvajes, la caza y el comercio de animales para el consumo y para tratamientos medicinales ancestrales y no fundamentados, parecen ser los vectores originales de transmisión de patógenos, como el que nos ocupa en la actualidad. Con todo, este tipo de interacción feroz que la sociedad ha generado con el medio natural no es reciente. Por el contrario, posee unas raíces culturales y sociales muy profundas.
“La tradición judeocristiana y las corrientes teóricas reformadoras como el humanismo introdujeron, de forma gradual, la idea del ser humano como ser superior, y una confianza “ciega” en su progreso por encima de todas las cosas..”
¿Cuáles son las raíces de la relación de los humanos con el medio natural?
El sistema actual tiene su antecedente más próximo y directo en la revolución industrial. Como es sabido, ésta transformó profundamente las relaciones entre humanos, los medios de producción y todas las estructuras sociales y políticas. De igual forma, la tradición judeocristiana y las corrientes teóricas reformadoras como el humanismo introdujeron, de forma gradual, la idea del ser humano como ser superior, y una confianza “ciega” en su progreso por encima de todas las cosas. Este ha sido, en parte, el poso de la percepción antropocéntrica que los humanos actuales, sobre todo los de occidente, hemos construido e interiorizado en relación con el medio natural, tanto de forma colectiva como individual. Ésta, además, ha legitimado muchas de las prácticas abusivas sobre la naturaleza, como las comentadas anteriormente. Si queremos frenar esta situación, necesitamos un cambio profundo de perspectiva. En este sentido, se requieren altas dosis de reflexión crítica y colectiva sobre la realidad que nos rodea.