Durante este confinamiento salía la noticia de que había aparecido un tití abandonado en una urbanización de Alicante que ha pasado a engrosar las listas de espera para ser aceptado en un centro de rescate.
Datos recopilados en 25 estados miembros de la UE por EARS, (Alianza Europea de Centro de Rescate y Santuarios), Eurogroup for Animals y AAP, daban las alarmantes cifras de que solo en el 2017 había registrados alrededor de 22.000 nuevos casos de animales para rescatar. Y esto es solo la punta del iceberg, porque no todos los centros registran los animales de los que no pueden hacerse cargo.
¿Y qué pasa ahora con la situación actual de crisis por el Covid19 en los centros de rescate?
Desde Fundación MONA estamos totalmente de acuerdo con el último comunicado de Eurogroup for Animals y nos sumamos a su llamamiento.
LA SITUACIÓN ACTUAL
La propagación del nuevo coronavirus está poniendo en peligro la supervivencia de miles de animales alojados en centros de rescate y refugios europeos. La situación actual agrava la crisis que ya existía antes del Covid 19, una falta crónica de ayuda y financiación para el alojamiento de los animales salvajes incautados, lo que se traduce en largas listas de espera y lo peor, la muerte de muchos animales antes de que se les pueda ayudar.
Los centros de rescate y los santuarios ofrecen una vida mejor a los animales que han sufrido en nombre del espectáculo, en zoológicos de mala calidad o que han sido confiscados a propietarios particulares o a comerciantes ilegales y sin escrúpulos. Como la mayoría de las veces estos animales no pueden ser devueltos a la naturaleza, los centros de rescate y santuarios en Europa desempeñan un papel fundamental para garantizar el bienestar de los animales y apoyar los esfuerzos de los Estados Miembros en la lucha contra el tráfico de fauna silvestre. Además de proporcionar alojamiento, atención veterinaria y rehabilitación a los animales, muchos centros de rescate participan directamente en la incautación de los animales y en su posterior traslado, a menudo a través de las fronteras nacionales. Su personal puede ofrecer conocimientos especializados directamente al gobierno en la identificación, manipulación, transporte, alojamiento y cuidado de los especímenes, o puede capacitar a los representantes del gobierno en estas competencias.
POR QUÉ IMPORTA
Una vez que un animal es atendido por un centro de rescate, se producen costes significativos. Estos incluyen la comida, el personal, la medicina, la atención veterinaria, la construcción, el mantenimiento, la calefacción… Cuando las Autoridades han depositado al animal en la instalación, tal vez se supone que los costes serán sufragados por el Estado. Sin embargo, muchos gobiernos no proporcionan ningún tipo de financiación para el cuidado de los animales que colocan en las instalaciones de rescate, ya que no hay presupuesto asignado para ello.
En realidad, los centros de rescate de Europa funcionan gracias a la generosidad de los donantes privados y, en algunos casos, a las entradas vendidas a sus visitantes. Sin embargo, con las restricciones de COVID-19 adoptadas en las ciudades europeas cerradas, los visitantes ya no vienen. A largo plazo, la perturbación por el coronavirus de la economía de los países y los ahorros de la población podría empeorar la situación.
Los profesionales de los centros de rescate están luchando para cuidar de los animales durante la crisis actual. Nunca dejarán que el bienestar de los animales se vea comprometido, pero esto tiene un coste a nivel económico y personal. En el caso de Fundació MONA, desde antes de la obligación de confinamiento, un equipo de 6 personas que confinó en el centro de rehabilitación de primates para evitar ser contagiados y contagiar a los animales rescatados mientras el resto del personal se esfuerza por evitar que el proyecto colapse por falta de donantes.
POSICIÓN DEL EUROGRUPO PARA LOS ANIMALES
Los centros de rescate y los santuarios necesitan urgentemente apoyo financiero para seguir funcionando y luego proporcionar el cuidado adecuado a los animales que albergan.
El Eurogrupo para los Animales defiende que:
- Los centros de rescate y los santuarios tienen una importante función de utilidad pública y no deben olvidarse en estos tiempos difíciles, en que los gobiernos adoptan medidas financieras de emergencia para apoyar las actividades económicas. Esas medidas deben asignarse también a los centros de rescate;
- Es responsabilidad de los gobiernos de los países garantizar la financiación y el apoyo adecuados a los centros y santuarios de rescate en estos tiempos difíciles.
- Los gobiernos deben definir la atención veterinaria y el cuidado de animales como servicios “esenciales” durante el encierro. El personal y los voluntarios de las instalaciones de rescate también deben ser incluidos en la lista de ‘trabajadores esenciales’, para que puedan seguir cuidando de los animales.
- El papel fundamental de los centros de rescate en la lucha contra el tráfico de fauna y flora silvestres se ha destacado en el Plan de Acción de la UE contra el tráfico de fauna y flora silvestres, en el que se establece una acción específica (la Acción 19) para “Mejorar el cuidado de los animales vivos incautados o confiscados”. La UE debería entonces pedir activamente a los gobiernos de los Estados miembros que apoyen financieramente a los centros y santuarios de rescate.
Retomando la temática de la reunión que mantuvimos en el parlamento Europeo del pasado mes de noviembre, la Comisión Europea tiene ahora la posibilidad de demostrar que se ha aprendido una dolorosa lección incluyendo una Lista Positiva de la UE para regular eficazmente el comercio de mascotas exóticas en su nueva Estrategia de Biodiversidad para 2030, que forma parte del Acuerdo Verde Europeo.