Las condiciones de vida durante la primera infancia afectan de manera permanente a las capacidades sociales de los chimpancés

 Un reciente estudio publicado en la revista científica PLoS ONE, basado en datos recopilados durante 12 años con chimpancés procedentes del mundo del espectáculo o usados como mascotas actualmente alojados en Fundació MONA, determina que las situaciones traumáticas durante la primera infancia tienen un impacto permanente sobre las habilidades sociales de los chimpancés en su etapa adulta.

  • El acicalamiento social o grooming es un comportamiento clave en los primates, y desempeña un papel importante en el vínculo y la reconciliación después de los conflictos. Este comportamiento social fundamental en los chimpancés es el principal afectado en los animales que han sufrido abuso y maltrato.
  • Los chimpancés que han sido extraídos de su hábitat natural muy probablemente presenciando la muerte de su madre o de miembros de su grupo y transportados en condiciones deplorables a Europa, realizaban menos grooming que los chimpancés nacidos en cautiverio.
  • Del mismo modo, los chimpancés que han vivido aislados de sus congéneres durante los primeros 5 años de su vida son menos activos en el acicalamiento en comparación con los vivieron con otros chimpancé
  • Las experiencias de vida traumáticas y las condiciones de vida desfavorables durante su infancia producen limitaciones sociales duraderas que afectan a sus comportamientos sociales, independientemente de las condiciones de vida actuales.
  • Los resultados de este estudio realizado por un equipo de investigación hispano-austríaco sugieren que, al igual que los humanos, los chimpancés experimentan una fase de desarrollo social y emocional muy sensible durante la infancia, momento en el que las experiencias traumáticas pueden tener un impacto duradero y permanente sobre su comportamiento futuro y su calidad de vida.

 

Antecedentes

Debido a la deforestación, el aumento de las actividades humanas en su hábitat natural y la amenaza de caza furtiva, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasifica a todas las especies de grandes simios ―chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes― como especies en peligro de extinción o en peligro crítico. Desde la década de 1950, miles de chimpancés han sido extraídos de la naturaleza para ser enviados a Estados Unidos, Asia y Europa. Otros se obtuvieron a través de la cría en cautividad para ser utilizados en investigación biomédica, la industria del entretenimiento o para ser mantenidos como mascotas.

Lamentablemente, debido a las situaciones legales y la falta de fondos, la mayoría de estos chimpancés nunca escaparon de este destino y solo un porcentaje muy pequeño pudo ser confiscado para ser rehabilitado e introducido en grupos sociales en centros de recuperación de primates.

Si bien no hay nada que se pueda hacer sobre su pasado ― después de haber sufrido por el beneficio y el entretenimiento de los humanos― ahora tenemos la obligación de cuidar y ofrecer las mejores condiciones de vida posibles para estos animales. Poder hacerlo depende en gran medida de nuestra capacidad para comprender lo que experimentaron estos animales y cómo se vieron afectados por su pasado.

¿Cuál es la otra cara del uso y abuso de chimpancés actores y mascotas?

Si bien hay algunos estudios que se centran en las repercusiones en primates de laboratorios, poco sabemos en relación a aquellos que vivieron en una casa junto a humanos o dedicaron sus primeros años de vida a trabajar en el circo o en la publicidad.

En un proyecto conjunto financiado por “la Caixa”, investigadores de Fundació Mona, la Universidad de Girona y la Universidad de Graz, están trabajando con chimpancés con una historia previa como mascotas o dedicados al mundo del entretenimiento. El objetivo es comprender mejor cómo y en qué grado las condiciones de vida pasadas y las actuales les afectan y marcan.

Dietmar Crailsheim, estudiante de doctorado en la Universidad de Girona e investigador de Fundació MONA, afirma: «Aunque es de suma importancia avanzar en el campo de la conservación y crear conciencia para garantizar que menos animales tengan que sufrir destinos similares a los de los chimpancés con los que trabajamos actualmente, no debemos olvidarnos de los animales que todavía están atrapados en situaciones de riesgo y abuso. Parte de nuestra responsabilidad es comprender plenamente sus limitaciones, necesidades y capacidades para proporcionarles un entorno adecuado y permitirles vivir una vida digna».

«Además, hemos podido demostrar que las condiciones de la vida durante la infancia también afectan al grooming, una conducta social básica en la vida de los chimpancés. Tras doce años de estudio detectamos que los chimpancés que estuvieron alojados en aislamiento dedicaban menos tiempo a acicalar a otros individuos en comparación con los chimpancés que habían crecido en un grupo social durante sus primeros cinco años de vida», afirma Elfriede Kalcher-Sommersguter, investigadora de la Universidad de Graz y una de las supervisoras del estudio.

 

 

¿Cuál es la “cicatriz” que permanece en estos animales?

En palabras del Dr. Miquel Llorente, supervisor de la investigación y Director Científico de Fundació Mona: «A pesar de los años que han transcurrido desde que llegaron a Fundació Mona, la ‘cicatriz emocional’ sigue presente en estos animales. Serán ‘discapacitados sociales’ de por vida. Sin embargo, la nueva vida de estos individuos en grupos sociales, en los que aprender nuevas habilidades sociales, en grandes recintos naturalizados y complejos, así como una correcta estimulación cognitiva y emocional, puede mejorar su calidad de vida y bienestar. Es nuestra responsabilidad moral». «Estos resultados ─enfatiza el Dr. Llorente─ resaltan la importancia de investigar a este tipo de animales maltratados. Con ello ayudaremos a mejorar el bienestar y las prácticas de manejo de los chimpancés con antecedentes traumáticos, así como a garantizar la viabilidad económica de la recuperación centros que trabajan día a día por el bienestar y la conservación de los primates».

 

Los resultados mencionados aquí han sido publicados en la revista PLOS ONE:

  1. Crailsheim, H.P. Stüger, E. Kalcher-Sommersguter & M. Llorente (2020). Early life experience and alterations of group composition shape the social grooming networks of former pet and entertainment chimpanzees (Pan troglodytes). PLOS ONE. DOI: 10.1371/journal.pone.0226947